miércoles, 1 de agosto de 2007

Cuento - El Zar y la Camisa (Leon Tolstoi)



Un Zar, hallándose enfermo, dijo: -¡Daré la mitad de mi reino a quien me cure!


Entonces todos los sabios se reunieron y celebraron una junta para curar al Zar, mas no encontraron medio alguno. Uno de ellos, sin embargo, declaró que era posible curar al Zar.


-Si sobre la tierra se encuentra un hombre feliz -dijo-, quítesele la camisa y que se la ponga el Zar, con lo que éste será curado.


El Zar hizo buscar en su reino a un hombre feliz. Los enviados del soberano se esparcieron por todo el reino, mas no pudieron descubrir a un hombre feliz. No encontraron un hombre contento con su suerte.


El uno era rico, pero estaba enfermo; el otro gozaba de salud, pero era pobre; aquél, rico y sano, quejábase de su mujer; éste de sus hijos; todos deseaban algo.


Cierta noche, muy tarde, el hijo del Zar, al pasar frente a una pobre choza, oyó que alguien exclamaba:


-Gracias a Dios he trabajado y he comido bien. ¿Qué me falta?


El hijo del Zar sintiose lleno de alegría; inmediatamente mandó que le llevaran la camisa de aquel hombre, a quien, en cambio, había de darse cuanto dinero exigiera.


Los enviados presentáronse a toda prisa en la casa de aquel hombre para quitarle la camisa; pero el hombre feliz era tan pobre, que no tenía camisa.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y seguramente ni falta que le hacía. Alguien que pregunta "¿qué me falta?", es que no le falta nada. Ojalá fuesemos capaces de pensar así.

Anónimo dijo...

Vemos que no necesitar nada no significa tenerlo todo sino poseer lo esencial. Y ¿qué es lo esencial?, desde luego nada que sea susceptible de protagonizar una propaganda.

Anónimo dijo...

no no, cuando pregunta ¿qué me falta? la respuesta es obvia: le falta una camisa para curar al rey

Anónimo dijo...

sin caer en la critica al otro anonimo; pues si le hiciera falta la camisa para hacer feliz al zar. El hombre seria infeliz al no poder hacer feliz al zar.

celeon dijo...

sin contrariar sus comentarios, de forma personal creo que ese hombre humilde es feliz y no le falta nada, por que vive su vida y no piensa en lo que quisiera ser o lo que le falta en comparación con los demás. en su entorno personal el se siente rico igual que el zar, con la diferencia que el es feliz con lo que tiene aun cuando sea nada.

Anónimo dijo...

Vivimos la vida buscando la felicidad, y morimos así sin nunca encontrarla, porque todos deseamos algo y ese algo nos mantiene pensando que subsistimos incompletos...